Real Sociedad

Un partido, distintos guiones

Imanol Troyano

San Sebastián

Lunes, 9 de diciembre 2024, 01:00

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La Real se adaptó a los diferentes escenarios que fueron surgiendo durante el partido en Leganés para firmar una victoria solvente que le permite seguir escalando en la clasificación. Estuvo acertada para ponerse por delante en una de sus primeras ocasiones y luego supo sufrir cuando el rival dio un paso adelante. Se ajustó bien a los cambios de dibujo del oponente y no perdió la compostura pese a las adversidades que sufrió en forma de las lesiones de Aihen, Zubimendi y Sergio Gómez. Imanol acertó con los cambios y eso que se quedó sin opciones de más tiro a un cuarto de hora del final, cuando el marcador aún reflejaba un ajustado 0-1. El Leganés solo había encajado tres goles en casa ante el Real Madrid.

Las eliminatorias de Copa que tuvieron que afrontar entre semana el Leganés y la Real condicionaron más la alineación de Borja Jiménez que la de Imanol Alguacil. El técnico abulense presentó un once con muchas novedades y algunos hombres en posiciones menos habituales, mientras que el oriotarra puso en liza su equipo más reconocible con el dibujo natural. El Leganés formó de salida con un sistema 1-4-2-3-1 sin extremos naturales, en el que Cissé y Diego García actuaban de improvisados jugadores de banda, ya que eran los laterales Rosier y Hernández los que hacían de carrileros. El cuadro local estaba más preocupado así por impedir la circulación por dentro de la Real, pero lo hacía a través de una frágil presión a la primera línea de construcción guipuzcoana. Miguel de la Fuente, la referencia más adelantada de los pepineros en fase defensiva, se encontraba en clara inferioridad ante Aguerd y Zubeldia, que tenían la libertad de conducir, dividir y conectar con los compañeros de la tercera altura (Sucic y Brais), ya que Zubimendi sí que se hallaba más vigilado.

Está comprobado que esta Real consigue hacer mucho daño al adversario cuando consigue moverlo de lado a lado, principalmente desde el flanco derecho con Kubo para llevar el balón al costado contrario. Ya se vio en San Mamés y ayer lo volvió a poner en evidencia en la acción del primer gol. El japonés recibió de Aramburu, encaró a Javi Hernández, se perfiló hacia dentro para trazar una diagonal y abrir a Sergio Gómez por izquierda. Este recibió con tiempo para levantar la cabeza gracias al arrastre de Sucic para llevarse a Rosier y poner un balón precioso al corazón del área que remató Brais Méndez. Un gol que recordó al que el gallego marcó ante el Alavés en las primeras jornadas de la temporada, en el que también participaron el catalán y el nipón. La Real llegó a área hasta con tres hombres, dos de ellos –Sucic y Brais–, desde segunda línea.

El Leganés no iba a dar concesiones en campo propio con balón a la Real y tanto Dmitrovic como los centrales madrileños buscaron conectar en largo con los delanteros para a partir de ahí comenzar a elaborar sus ofensivas. Miguel de la Fuente y Diego García protagonizaron una batalla constante con Aguerd y Zubeldia para ver quién era capaz de llevarse los duelos aéreos. Los puntas locales trataron de ganar esos envíos de espaldas y poner de cara a sus compañeros de la tercer altura de campo, sobre todo a Óscar, su jugador más talentoso por dentro. El talaverano fue el adversario que se asomó con más peligro al área txuri-urdin. También fue uno de los responsables de desactivar la presión visitante en las pocas ocasiones que los locales trataron de salir en corto desde atrás, cuando cayó a recibir a posiciones retrasadas.

El primer movimiento que realizó el preparador local desde el banquillo poco antes de alcanzar la hora de partido dificultó el escenario a la Real. No tanto por la entrada de Juan Cruz por derecha, sino porque su equipo pasó a formar en un dibujo 1-4-4-2 con mayor presencia en los carriles exteriores, pero también en la línea de delanteros. El Leganés comenzó a presionar con dos hombres a los centrales realistas y estos dejaron de vivir con la relativa comodidad del primer acto. A esta situación hubo que sumar la sustitución de Zubimendi por lesión, lo que acentuó los problemas de la Real en construcción. Los locales dieron un paso adelante y los guipuzcoanos comenzaron a sufrir para hacer llegar el balón a los de arriba. Esta modificación dio alas al Leganés, pero no sentó del todo bien a Óscar, que pasó a ubicarse en el extremo izquierdo orientado hacia dentro, pero ya bastante más vigilado por Aramburu.

La Real necesitaba el balón para proteger el resultado y, sin la presencia de Zubimendi, aparecieron Brais Méndez y Sucic para asumir responsabilidades y agarrar la pelota. También para emplearse a fondo defensivamente y recuperar la posesión con celeridad. El croata creció en el encuentro con el paso de los minutos, participó en la acción del tercer gol, y sujetó muy bien el esférico en momentos de necesidad. El gallego, por su parte, volvió a demostrar ese ímpetu defensivo sin balón y buena colocación en área rival. La Real tiró del temple de estos dos jugadores para finiquitar el encuentro en el tramo final.