El destino de cuento a una hora de San Sebastián ideal para visitar este puente con spa y casino

A poco más de una hora en coche de San Sebastián, a medio camino entre Pau y Biarritz, se encuentra una pequeña localidad sa conocida por su arquitectura medieval y famosa por su balneario y casino. Una auténtica joya no muy conocida, el pueblo Salies-de-Béarn, un destino de cuento con paisajes repletos de colores, flores y entramados de madera.

Una visita a esta localidad sa situada región de Béarn, en plenos Pirineos Atlánticos, a orillas del río Saleys, es el plan perfecto para este puente por su cercanía y fácil a través de la autopista A64. Una vez allí, lo ideal es comenzar la visita dando un paseo para descubrir todas sus bonitas casitas al borde del río, así como sus callejuelas, plazas y puentes. Entre sus calles empedradas el visitante podrá descubrir varios restaurantes para degustar la comida típica del lugar como el magret de pato o la sopa local llamada garbure. El vino típico de la zona es el Jurançon..

Aunque uno de los planes obligatorios es 'La Crypte du Bayaà', la joya de la ciudad, una piscina que cuenta con una bóveda en el siglo XIX llena de agua salada y un impresionante juego de luces que se puede visitar y disfrutar con visitas guiadas. Otra de las opciones es visitar el Museo de la Sal, una oportunidad para conocer la historia vinculada a la explotación de agua salada durante más de 3.000 años en la ciudad.

Otro de los planes imprescindibles en este pequeño pueblo que no llega a los 5.000 habitantes es visitar las aguas termales de Salies-de-Béarn, una agua rica en minerales, oligoelementos y con una concentración de diez veces más sal que la del agua de mar, que es un recurso natural excepcional de salud. Un lugar que además cuenta con una fantástica piscina flotante con sal; una experiencia similar a la de nadar en el Mar Muerto en la que se puede reeservar un circuito de spa e incluso masajes.

Y finalmente, otra de las paradas obligatorias es visitar el edificio del colorido casino ubicado en el corazón de la ciudad, ubicado en un palacio de la Belle Époque y clasificado como Monumento Histórico, el casino cuenta con una gran superficie de juego, además de albergar un hotel y un restaurante. Los alrededores también son aptos para bonitas rutas de senderismo suave, con varias señalizadas junto al río muy suaves y accesibles. Además a diez minutos está la localidad de Sauveterre-de-Béarn, con murallsa medievales y excepcionales vistas a los Pirineos.

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