Jonas Vingegaard, el séptimo magnífico
Doblete Itzulia-Tour ·
El danés emula a De Waele, Gino Bartali, Jacques Anquetil, Luis Ocaña, Stephen Roche y Alberto Contador como ganador de las dos pruebasSecciones
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Doblete Itzulia-Tour ·
El danés emula a De Waele, Gino Bartali, Jacques Anquetil, Luis Ocaña, Stephen Roche y Alberto Contador como ganador de las dos pruebasLa Vuelta al País Vasco cumplirá el próximo año cien de su creación a cargo del periódico Excelsior. Comienza hoy la preparación de la ... 63ª edición de una prueba cuyo último ganador, Jonas Vingegaard, pasa a formar parte de un reducido y escogido grupo. El primer danés ganador de la prueba es el séptimo vencedor del Tour de Francia que figura en el palmarés de la Itzulia.
Prometía ser habitual cuando Maurice de Waele se impuso en la ronda gala de 1929 al año siguiente de vencer en la Itzulia, disputada en agosto durante sus inicios. El belga se presentó en la salida de París con el aval del triunfo obtenido en Getxo el verano anterior. Y lo refrendó a pesar de las dificultades en la etapa del Galibier, donde cuentan las crónicas que «De Waele se arrastró literalmente hasta su bicicleta y sus compañeros de equipo controlaron la etapa ocupando hombro contra hombro el ancho de la carretera para impedir los ataques de sus rivales».
De Waele no tardó en recuperarse del esfuerzo del Tour. Un mes después regresaba a la ronda vasca e inscribía por segunda vez su nombre en el palmarés. Tenía 32 años.
El flamenco de Lovendegem tardó poco tiempo en ostentar en solitario el honor de ser el primer autor del doblete Tour-Itzulia. Gino Bartali era un joven de 21 años cuando el 7 de agosto de 1935 se presentó en la línea de salida de Bilbao, lugar de inicio de una edición con cuatro etapas y final en la propia capital vizcaína. Venía de ganar el Campeonato de Italia de fondo en ruta y confirmó todo lo bueno que hablaban de quien con el tiempo se ganaría los apodos de Gino el duro (Ginettaccio) y el Monje volador. Se impuso en tres de las cinco etapas (Pamplona, Baiona y Bilbao) y aventajó en 47 segundos al francés Dante Gianello en la clasificación general final.
Al año siguiente, en 1936, Bartali ganaba el primero de sus tres Giros de Italia y tres más tarde el primero de sus dos Tours de Francia (1938 y 1948).
La Itzulia de 1935 fue la última de aquella primera época de la carrera, que no volvió a organizarse hasta 1969, si bien durante ese intervalo encontró en la Bicicleta Eibarresa un relevo de categoría, un punto de encuentro de buena parte de las figuras del pelotón internacional.
Abierto el paréntesis con un gran campeón, la mejor manera de cerrarlo era con otro ciclista de la misma estirpe. Jacques Anquetil, elegante ganador de cinco ediciones de la Grande Boucle (1957, 1961, 1962, 1963 y 1964) obtenía en Eibar a los 35 años el último gran triunfo de su extensa trayectoria. «Anquetil llevaba un peine en el bolsillo del maillot y lo sacaba en plena carrera para arreglarse el pelo», cuenta Txomin Perurena.
Se vistió el maillot de líder en el segundo sector de la cuarta etapa, una contrarreloj individual de 43 kilómetros entre Gernika y Bilbao con los altos de Morga y Santo Domingo. No la ganó, ya que le superaron Raymond Poulidor y Luis Ocaña. Pero le bastó porque disponía de ventaja sobre ellos tras meterse en una escapada el segundo día. En la jornada final, ganada por Perurena en las calles de la ciudad armera, Anquetil mantuvo a raya a Gabika, que terminó a 32 segundos.
Protagonista relevante en aquella misma edición, Luis Ocaña iba a ser el siguiente corredor en firmar el doblete Itzulia-Tour. El conquense se anotó a los 25 años, en 1971, una temporada en la que una caída en el descenso del col de Mente le obligó a retirarse en el Tour cuando era maillot amarillo. Repitió dos ediciones después en la ronda vasca y en esa ocasión sí pudo con el Tour, por lo que unió su nombre a los de De Waele, Bartali y Anquetil.
En sus dos triunfos en la Itzulia, Ocaña conquistó el liderato en las cronos del cuarto día. La de 1971 fue entre Tolosa y San Sebastián sobre 30 kilómetros y la de 1973, de 33, entre Lekunberri y Tolosa –subían Uitzi y Urto para descender por Berastegi y Elduain–. Las ganó y en ambos casos mantuvo la primera plaza en la quinta y última etapa. Venció en las filas del Bic francés.
Recuerda Perurena que «en 1973, en la ascensión a Karabieta, Linares y yo nos fuimos hacia delante con Ocaña, a quien llamábamos 'El chepas' por su estilo sobre la bicicleta. Bajábamos a Elorrio y volvíamos a Eibar por el alto de Areitio. Luis temía que le atacáramos, pero no teníamos margen ya que los perseguidores venían cerca. Terminamos en Alfa, llegando desde Ermua».
Relata el oiartzuarra una anécdota que ayuda a entender la dimensión de Ocaña como ciclista. «Éramos compañeros en el equipo Fagor y en un Gran Premio de Llodio atacó en solitario. Todo el Kas tiraba a tope atrás, pasaban los kilómetros y no le restaban un solo segundo. Dalmacio Langarika, el director, no se lo creía. Rebasó al pelotón, dejó a sus corredores sin asistencia y se fue a ver cómo iba Luis. Comprobó de primera mano que no había ni trampa ni cartón».
Hubo que esperar hasta 1989 para ver a un campeón del Tour llevarse la Itzulia. Tal honor correspondió a Stephen Roche, fichado una temporada antes por Fagor para la vuelta al pelotón del equipo de la cooperativa arrasatearra después de que el irlandés firmara en 1987 un espectacular triplete Giro-Tour-Mundial.
Tras un 1988 en blanco, Roche se reivindicó a sus 29 años en el País Vasco. A última hora porque ganó en Zumaia la contrarreloj final de 4,4 kilómetros a San Martín en el desenlace más apretado que se recuerda en la historia de la prueba. En la clasificación definitiva aventajó en un segundo a Fede Etxabe y los cinco primeros de la general acabaron en un estrecho margen de diez segundos.
No faltó polémica. Etxabe corría en el BH y su director, Javier Mínguez, declaró que «Roche no ha ganado la carrera». Su masajista, Gabino Ereñozaga, tomó al de Kortezubi un registro dos segundos inferior al oficial que le hubiera dado el maillot amarillo. «Como vale el tiempo de los jueces», se lamentó Etxabe.
El anterior a Vingegaard en esta lista era Alberto Contador, doble ganador del Tour (2007 y 2009) y cuádruple de la Itzulia (2008, 2009, 2014 y 2016). Firmó el primero de esos cuatro triunfos a los 25 años –para entonces ya tenía una ronda gala en su palmarés– y el último le llegó a los 33.
Los construyó de dos maneras distintas. En 2008 dejó atrás a todos en la etapa inicial en Legazpi y conservó el liderato hasta la última, en Orio, donde remató siendo el mejor en la contrarreloj. También en 2014 empezó con triunfo en Ordizia y mantuvo el jersey amarillo hasta Markina. Dominio de principio a fin.
En 2009 dio el primer zarpazo en Arrate, con victoria junto al santuario en la tercera etapa, y remató en la contrarreloj de Zalla. En 2016, por último, tuvo que esperar a la crono del último día, que incluía el paso por Arrate, para ponerse primero y desbancar a Sergio Luis Henao.
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