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Aneoa confiesa la paradoja que encierra el hecho de que «aunque utilice la pintura, no me considero pintora». Su recurso a esta disciplina obedece a ... que le permite crear cualquier mundo con total libertad, pero ite que «si tuviera la posibilidad de hacerlo mediante la fotografía, el vídeo o la instalación los utilizaría también, siempre pensando en cómo impactar más en el espectador». De hecho, adelanta su intención de trabajar en el futuro junto a arquitectos, técnicos de iluminación o programadores neurolíngüísticos. «Quiero buscar las maneras y a las personas con las que podamos llegar a más gente. No me gustan los proyectos en los que únicamente esté yo implicada».
Y a la pregunta de si se siente identificada con los artistas de su generación, responde que encuentra sus trabajos «muy, muy estéticos porque el arte está enfocado a obras visualmente muy potentes, pero me falta un cierto nivel reivindicativo». ¿Demasiada docilidad? «Sí... Mmm.. no sé si dóciles, pero sí muy llamativos aunque sin trascender la época», concluye.
Con su obra 'We Are Less', la artista hernaniarra afincada en Madrid Ane Ostolaza, conocida como Aneoa, se llevó hace unos días el Premio Adquisición Wild Wild Web del JustMad, que de acuerdo con el reglamento compró la pintura, valorada en 1.150 euros. Aneoa formaba parte del grupo de artistas que la galería donostiarra Arteuparte llevó a la feria madrileña, en la que participaron 47 establecimientos nacionales e internacionales. Aneoa (Hernani, 1987) despliega en sus obras los paisajes devastados, los rostros fragmentados y las tonalidades grises para sacudir al espectador. «Hace falta un apocalipsis para reconstruir desde ahí la sociedad y con mis cuadros intento que se pierda el miedo a romper con lo que tenemos ahora», asegura la artista.
La obra con la que se ha llevado el premio de la feria madrileña fue creada expresamente para la ocasión. «No quería hacer algo bonito, sino algo que influyera en la sociedad. Es una apuesta muy arriesgada que incluso estéticamente puede no gustar, pero me ha dado esa seguridad en mi trabajo que sientes al notar que algo sí que ha llegado de alguna forma a quien la contempla. Y también fuerzas para seguir haciendo lo que realmente creo que debo hacer», explica.
El resultado, a su juicio, «es como un espejo de esta sociedad, en la que vivimos atrapados dentro de cajas, que pueden ser edificios o ciudades y tras el covid, incluso nuestras propias mentes». La obra 'We Are Less' «expresa todo eso y además, la posibilidad de salir de esas estructuras que nos han impuesto para construir un mundo nuevo y a nuestra medida. Es una invitación a despertar y pasar a la acción».
Para crear sus cuadros, sigue un procedimiento fijo que alumbra resultados en cada ocasión diferentes. «Empiezo con grandes manchas de tinta que determinarán el espacio del lienzo en el que sucederán las cosas. Después, utilizo acrílico y posteriormente con sprays y rotuladores». La artista ha comenzado a confeccionar sus propios bastidores «porque no me gusta pintar sobre formatos ya establecidos y mis cuadros adoptan formas que no necesariamente son cuadradas». También ha incorporado las luces de neón «para subrayar los espacios vacíos» en el lienzo.
En cuanto al resultado de este trabajo, sus pinturas reflejan los mencionados parajes urbanos postapocalípticos. «Me llama mucho la atención ese paisaje porque el mundo tal y como lo tenemos ahora es insostenible y esto va a explotar por algún lado. Además –continúa–, creo que hace falta un apocalipsis para reconstruir desde ahí la sociedad. Con mis cuadros intento que se pierda el miedo a romper con lo que tenemos ahora».
La artista hernaniarra ite que su arte es un intento de «darle sentido a la vida porque estamos en un momento en el que las pieles son lisas, las pantallas también y el envejecimiento está mal visto. Es una sociedad que niega la muerte, pero lo que hace es impedir que vivamos la vida tal y como es». En ese punto, apuesta por devolver con sus cuadros «la noción de que el deterioro y la transformación de las cosas son un proceso natural y bonito. Por eso muestro materiales derruidos. Los considero muy hermosos y es esencial que volvamos a darles la visibilidad que merecen». En cualquier caso, añade, «cuando empiezo con un boceto, nunca sé cómo va a terminar. Es en el proceso en donde se van generando cosas que determinarán el resultado final. La obra toma su propio camino y yo soy su esclava, estoy a su servicio».
Aneoa dejó hace ya unos años su Hernani natal por motivos profesionales y tras pasar períodos en Marsella, Berlín o Barcelona, terminó recalando en Madrid, en donde hoy está instalada. «Como artista quería ver qué se estaba cociendo en otros sitios y tenía ganas de probar suerte en Madrid porque otros artistas me habían contado que estaba en plena efervescencia, con una apuesta fuerte por la cultura. Y la verdad es que en los dos años que llevo aquí, propuesta que lanzo, propuesta que tiene buena acogida. Tras Berlín, me parece la ciudad artísticamente más viva de cuantas he conocido».
En definitiva, todo lo que no encontró en el panorama creativo del País Vasco, en donde opina que «falta que lleguen propuestas diferentes y con una proyección más internacional». Ahí menciona la galería Arteuparte como excepción. «Descubrir que hay un sitio en Donostia que apoya propuestas artísticas más urbanas fue una alegría total».
Aneoa confiesa la paradoja que encierra el hecho de que «aunque utilice la pintura, no me considero pintora». Su recurso a esta disciplina obedece a que le permite crear cualquier mundo con total libertad, pero ite que «si tuviera la posibilidad de hacerlo mediante la fotografía, el vídeo o la instalación los utilizaría también, siempre pensando en cómo impactar más en el espectador». De hecho, adelanta su intención de trabajar en el futuro junto a arquitectos, técnicos de iluminación o programadores neurolíngüísticos. «Quiero buscar las maneras y a las personas con las que podamos llegar a más gente. No me gustan los proyectos en los que únicamente esté yo implicada». Y a la pregunta de si se siente identificada con los artistas de su generación, responde que encuentra sus trabajos «muy, muy estéticos porque el arte está enfocado a obras visualmente muy potentes, pero me falta un cierto nivel reivindicativo». ¿Demasiada docilidad? «Sí... Mmm.. no sé si dóciles, pero sí muy llamativos aunque sin trascender la época», concluye.
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