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Gaizka Lasa e Igor Barcia
San Sebastián | Enviado especial. París
Viernes, 2 de agosto 2024, 17:20
Pau Etxaniz (San Sebastián, 2001) vive en una nube desde que el jueves por la tarde cruzó la línea de meta y se convirtió en ... medallista de bronce de K1. Su sueño de niño se convirtió en realidad, pero todavía no es del todo consciente de lo que ha logrado con 23 años y en su primera presencia en unos Juegos Olímpicos. No se le ha subido el éxito a la cabeza. En plena resaca, nos atiende con amabilidad.
- ¿Fue larga la noche de París?
- Estoy reventado. Tras la prueba, llegué tarde a casa, tras dar entrevistas y otras cosas que tenía que hacer. Me costó dormir. Con la emoción y los sentimientos no podía relajarme. Estaba a tope. Me he levantado con la medalla y he visto que no era un sueño.
- ¿Se puede desvelar algo de la celebración?
- De verdad que no lo celebramos mucho, me fui a la casa de España, donde estaba el presidente del COE y otra gente que me esperaba y luego, cuando no me aguantaron más, a descansar. Fue todo bastante pesado, pero si es el precio que hay que pagar, lo pago mil veces.
- ¿Cómo es esa conversación íntima con tu aita y con Maialen cuando os dejan solos?
- Me dijeron que lo que he hecho, es grande, es histórico. Que hacerlo en unos Juegos pasa muy pocas veces. Que los mejores del mundo muchas veces se quedan sin hacerlo.
- Y si no hubiera sido por esa penalización... ¡Era el oro!
- ¡No me lo recuerdes! Toqué mínimamente con la vía del casco. Quizás por medio centímetro. El oro hubiera sido un pelotazo tremendo. Pero el bronce no está mal y ahora a seguir soñando. Por intentarlo no va a ser.
- No está mal, no, y menos para un debutante.
- Increíble. Lo hubiera firmado, desde luego, antes de venir. Fue una gran competición, donde logré sacar una manga perfecta, excepto el toque ese que me aleja del oro, que habría sido ya algo espectacular. Lo disfruté mucho, lo pasé muy bien y me salió todo redondo.
- ¿Cuál era el objetivo de Pau Etxaniz en estos Juegos?
- Sabía que podía estar en la pelea, tanto la gente que me rodea como yo sabíamos que podía estar ahí. Estaba preparado, en calma y sabiendo lo que tenía que hacer en cada momento, toda la energía puesta para alcanzar esta meta ha merecido la pena.
- ¿Cómo preparó esta competición, cómo se adapta uno al canal y a sus circunstancias?
- Cada canal tiene sus cosas, pero hemos estado casi un mes entrenando aquí antes de los Juegos, y ha sido un mes muy bueno donde me he preparado muy bien y donde hemos corregido las cosas donde más fallaba, era un circuito bastante técnico donde una persona como yo se podía beneficiar mucho y así fue. Había un par de puertas al principio que hago de cara y mucha gente hace hacia atrás, y desde ahí empecé a construir una manga muy rápida y mucho mejor de lo que se esperaba la gente. Me salió perfecto.
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- ¿Cómo se viven esos 90-100 segundos de un descenso?
- Casi ni lo vives porque estás en una zona de concentración tal que estás flotando, no piensas realmente lo que estás haciendo, ejecutas los movimientos y ya está. No lo piensas, lo haces. Y cuando acabas muchas veces ni te acuerdas lo que has hecho. Es una zona donde en pocas ocasiones encuentra uno la perfección, en pocas mangas sientes que has alcanzado ese punto y aquí logré sacar una manga perfecta, lo cual me hizo sentirme muy orgulloso de hacerlo en un escenario como los Juegos Olímpicos, la cúspide del deporte.
- Cuando cruzó la meta, su gesto ya denotaba que estaba más que satisfecho con lo que había realizado.
- Sí, llego y hay un momento que no sé muy bien lo que he hecho, pero rápidamente me doy cuenta de que es un 88 y el mejor tiempo de la semifinal había sido 89, con lo cual se desató la locura. Es que fue una bajada perfecta, a pesar de ese toque.
- ¿Y cómo vivió esa cuenta atrás hacia el bronce?
- Fue muy dura y muy larga, se me hizo eterna, y sí que había tres o cuatro palistas que sabía que podían estar por delante por su nivel, pero hubo un campeón olímpico y un medallista de plata que no alcanzaban mi tiempo y ahí me vi en el podio.
- ¿Y cuando en el marcador final sale Pau Etxaniz tercero?
- Buah, fue increíble. Bajaba el último, el británico, que era uno de los favoritos e iba mirando las puertas, lo siento, pero deseando casi que cometiera errores. Nunca quiero desear lo peor a nadie pero en ese momento ves que el sueño que llevas persiguiendo desde niño está a punto de hacerse real, y cuando llega y está por detrás, es algo que no se puede describir, es una locura.
- ¿Y a partir de ese momento?
- Fue todo rápido y no se puede disfrutar como te gustaría, pero me voy donde mi familia a abrazarles, y después me voy al podio, a atender a los medios... No hubo mucho tiempo, pero hubo un gran abrazo y los sentimientos de alegría estaban ahí y fue precioso.
- Sube al podio, mira hacia abajo y ve una medalla de bronce olímpica. ¿Qué siente?
- Ostras, una medalla así de grande... Es que es increíble y parece que no tiene sentido... El poder tenerla colgada... Es que todos los que darían su vida... De hecho dan su vida compitiendo en el canal y en los entrenamientos para lograrlo. Me ha tocado a mí y muy orgulloso.
- ¿Y después de casi un día, ya siente que esto es algo real?
- No he parado mucho, pero es muy fuerte y sí me estoy dando cuenta de que he hecho algo tremendamente difícil, que tantas personas lo han intentado y no lo han logrado. Solo lo había logrado Maialen. Elosegi fue cuatro veces diploma olímpico y yo llego y lo logro a la primera. Es que es muy muy fuerte.
- Habrás superado a gente a la que veía de pequeño.
- Cuando tenía ocho años hubo un Mundial en La Seu, donde vivía, que ganó Peter Kauzer. Y ayer estaba compitiendo contra él. Le veía y era cuando yo empezaba a aficionarme al piragüismo, cuando pedía firmas en mi camiseta, y es un sueño estar en una competición con ellos y con los deportistas que estuve en el podio, como el italiano, que tiene miles de medallas y tiene una humildad...
- ¿Y qué sucede en la familia Etxaniz-Chourraut, que se acumulan las medallas olímpicas?
- No sé lo que es, pero hay algo que... Es increíble que Maialen lo hiciera en tres ocasiones y ahora sea yo quien le tome el relevo. Es algo inaudito. Y mi padre siendo un pionero, él no llegó a esa medalla, pero estuvo en dos Juegos, y tomar el relevo a él y a Maialen es maravilloso.
- Tiene los mejores referentes en casa.
- Mira que somos muy diferentes a la hora de competir, de remar y de ser, pero siempre se comparte el sacrificio y el esfuerzo que hay detrás, la constancia y el afán de superación siempre están ahí y en todas esas facetas Maialen es uno de los mejores ejemplos que se puede tener. Es algo que me haya ayudado mucho.
- ¿Y que su padre sea su entrenador se compagina bien?
- Mi aita siempre es mi aita, no hay entrenador. No le veo como entrenador, los consejos siempre están y es que siempre la clava, a veces me fastidia pero siempre tiene la razón en lo que me dice, siempre sabe cómo gestionar las cosas, cómo hacerlo en cada momento, así que hace un par de años ití que le haría caso en todo lo que dijera. Tenerle es una gran ventaja.
- Y también lo será tener cerca a Maialen, cinco Juegos y tres medallas olímpicas.
- Es una barbaridad. Y tiene tanta ilusión, que marca. Porque lo vive con las mismas ganas que las que tengo yo o incluso más. Es que es una niña, es un alma libre, parece mentira cómo se entrena, cómo se pica y se sigue picando conmigo en los entrenamientos. Es muy guay vivir todo esto con ella.
- ¿Qué pasa con el piragüismo guipuzcoano, con tres representantes en París?
- Bueno, es cierto que yo me formé en La Seu, que es donde más tiempo he vivido, nos falta un canal en el País Vasco porque tenemos gente, tenemos grandes equipos como el Atlético San Sebastián o Santiagotarrak, con una cantera muy grande, y sería muy bonito que los niños de allí pudieran experimentar lo que son las aguas bravas desde el principio y que se lo pasaran igual de bien que me lo pasé yo cuando era chaval.
- Está hecha la promesa...
- Sí, pero cuesta que se haga realidad. Lo que no sea fútbol o deporte mayoritario siempre cuesta mucho.
- Son una referencia para los chavales que empiezan.
- Sí, es algo histórico y espero que esto abra las puertas. Que lo haga una persona, sí, pero no solo es Maialen, lo he logrado también yo y eso significa que lo puede conseguir todo el mundo con instalaciones adecuadas y con trabajo. El camino es bonito y se demuestra que se pueden cumplir los sueños.
- Tiene 23 años, un bronce olímpico, pero mucha trayectoria por delante.
- Es una manera increíble de entrar en el juego, en el top del deporte y tengo ganas de quedarme, de ser de los mejores y de estar ahí siempre, ser uno de los que he irado siempre.
- Ahora le tocará gestionar la presión en las siguientes competiciones.
- Sí, puede ser, pero a mí las presiones no me afectan mucho, siempre voy a lo mío, intento ser puro, intento ser yo mismo. No pienso en las cosas que me puedan desconcentrar.
- Llama mucho la atención el trabajo mental de este deporte.
- Sí, es que ha sido el trabajo mental de muchos años, de ponerme en esa situación, de ponerme en la salida, de soñarlo. Es que la noche anterior soñé que quedaba segundo, que lograba la plata, y es que lo he soñado e imaginado mucho. Entonces, es un trabajo de toda una vida, toda mi trayectoria desde que empecé. Parece mentira que un niño de diez años pueda imaginar eso, desde que tengo diez años estaba imaginando esa salida. Es algo que he trabajado tanto que sabía lo que había que hacer.
- ¿Y ha sido como imaginaba?
- Sí, incluso mejor
- Además de piragüista, es diseñador.
- Sí, es que es importante tener más cosas porque el deporte puede ser muy obsesivo, muy tóxico vivir y pensar solo en esto, y que además si las cosas no salen igual no puedes vivir de esto, por eso es bueno tener una alternativa. Es una vía de escape que me ayuda porque compaginarlo es fácil.
- Ahora puede aprovechar la promoción de lograr un bronce.
-Voy a subir el precio un 200%.
Pau Etxaniz despertó este viernes abrumado por tanto cariño que sentía no haber podido corresponder desde su móvil en las ajetreadas primeras horas tras la consecución de la medalla. Quiso mantener una amena conversación por videoconferencia con las instalaciones de DV de Miramon para intercambiar las primeras impresiones del día después. Reconocía que «he tenido muchísimas felicitaciones. Tengo el móvil petado. No me ha dado tiempo a responder ni un cuarto de los mensajes. La gente se ha volcado. Mi familia cercana y algunos amigos han estado aquí pero muchos me han hecho llegar su ánimo desde casa». Su naturalidad y espontaneidad le lleva a contar detalles y anécdotas de su vida personal. Desvela, por ejemplo, que «una de las cosas más bonitas que me ha pasado es que un amigo me ha dicho que nunca había llorado de alegría y que ha sido la primera vez. El hecho de que sea conmigo es todo un orgullo y algo tremendamente bonito».Como tierno es su mensaje para su amona Maria José, que este viernes saía emocionada en las páginas de DV tras seguir la final en el club Atlético San Sebastián. «Mi amona siempre me está mirando desde casa. No ha podido venir esta vez, pero no ha dejado de seguirme. Seguro que fue emocionante el momento, allí en el club. Espero haberle dado algo muy bonito y que esté orgullosa de mí». Y tenía otro mensaje de gratitud hacia «mis compañeros de AEG, donde he cursado 'patronaje y moda'. Me han ayudado mucho a cumplir este sueño. Ahora hago otro grado superior. Me estoy iniciando. tengo pequeño taller en Gros y voy experimentando.
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