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Son las 8.30 horas de la mañana y Mari Jose Hernández está a punto de terminar su turno de 12 horas en el Hospital Donostia. Está cansada, ha sido una madrugada ajetreada.Ahora reina la calma y el silencio en los nueve paritorios que conforman la unidad de Ginecología y Obstetricia, pero «tenías que escuchar esto a las tres de la mañana», asegura con sorna. Hacía tiempo que no se vivía una noche así.En total, diez partos y once nacimientos, uno de ellos de gemelos. «Han estado llenos toda la noche.Paría una y entraba otra», explica.
Mari Jose es la más veterana de todo el equipo. Sus 38 años como matrona en el Hospital Donostia le avalan. Sus compañeras, la mayoría de ellas mujeres, le llaman caiñosamente 'la emérita'. «Como el rey», dice ella entre risas. A punto de colgar la bata –lo hará a finales de este año–, esta profesional sanitaria constata la caída de la natalidad en la que lleva inmersa Gipuzkoa durante las últimas décadas. «Cuando llegué aquí en el año 85 el número de matronas era muy reducido, estábamos solo tres en cada turno, y teníamos una media de 13 o 14 partos cada día. Ahora somos el doble, pero atendiendo 8 o 9 partos diarios», asegura.
La matrona tiene una teoría que explica este descenso. «Tuvimos un bajón de partos en la década de los 90. Todas esas mujeres que no nacieron son las que ahora tendrían treinta y tantos y tendrían que estar pariendo. Hay una falta de nacimientos esos años y se nota. Falta esa población que no nació», sostiene.
El pasado año, el Hospital Donostia atendió un total de 3.080 partos, un 18% menos que hace una década, cuando se contabilizaron 3.756. No obstante, la caída fue mucho mayor en el hospital de Arrasate, donde el descenso ha sido de hasta casi un 40% en diez años. De los 582 alumbramientos de 2013 a los 352 del pasado ejercicio. Ha sido la misma tónica que han seguido también en los paritorios del hospital de Mendaro o en el de Zumarraga. En ambos casos la bajada ha sido del 17,5% y el 25,8%, respectivamente.
Lejos de alarmismos, esta matrona realiza una lectura positiva de esta caída en el número de bebés que vienen al mundo cada año. «Ahora es una dedicación muy personal, integral y específica a cada mujer. Es muy diferente. Antes andábamos como locas.Un parto, otro, otro... Las mujeres actualmente están mejor atendidas, más contentas, con mucha más dedicación de personal. Cuando llega una embarazada aquí le atiende una matrona hasta que abandona el hospital. Eso antes era imposible, estábamos circunscritas únicamente al paritorio y a hacer partos a todo meter», señala.
Lo que sí deja constancia es de la realidad de la «maternidad tardía». Para ello, detalla que hay dos perfiles bien diferenciados de madres que atienden en el Hospital Donostia. Por un lado están las mujeres «de aquí. Profesionalmente es una persona preparada, con estudios, que retrasa la maternidad hasta tener una pareja estable, una vivienda... Y tienen un embarazo tardío. La media ahora está entorno a los 34 años». En el otro lado de la moneda se encuentran las mujeres inmigrantes, «que tienen hijos mucho más joven, sin la necesidad de tener cubiertas todas esas necesidades. También suelen descuidar mucho más el embarazo, en el sentido de acudir a clases de preparación, interesarse más en el proceso...».
Entrando más en detalles, Mari Jose sostiene que «un 13%» de las mujeres que atienden actualmente en el Hospital Donostia tienen más de 40 años «y de 40-42 hay bastantes». Incluso, recuerda que el año pasado tuvieron un caso con una madre de 46 y otra de 48.También «un parto gemelar de 52 años hace un tiempo».
En el conjunto de Gipuzkoa, el Instituto Nacional de Estadística (INE) sostiene que la edad media a la que las guipuzcoanas tienen a su primer retoño es de 33,42 años.
A pesar de que la edad «ideal» para tener hijos «sería de 25 a 35» años, lo cierto es que el centro donostiarra atiende a mujeres cada vez más añosas. Llegados a este punto, una de las cuestiones que surgen es hasta qué punto influye la edad de la gestante a la hora de parir. «Suelen ser más largos», ite Mari Jose, que añade otra serie de cuestiones. «Las mujeres añosas aportan más patologías al embarazo. Vemos muchas más mujeres con hipertensión, con diabetes y con problemas para quedarse embarazada, de incluso tener que acudir a la reproducción asistida. También más inducciones», sentencia.
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Textos Aitor Ansa, Miguel Ángel Mata, Patricia Rodríguez, Javier Guillenea, Jorge Sainz y Marcela Salazar
Fotografías Lusa, Jose Mari López, Lobo Altuna, De la Hera
Desarrollo Gorka Sánchez
Narrativa y gráficos Izania Ollo
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