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'Cheeku' se engalla ante la cámara del fotógrafo. Junto a él, su compañero y amigo Imran, el pintor de Peshawar. ARIZMENDI

El gallo guipuzcoano que sueña con pasearse por la bahía de La Concha: «Le gustan la lechuga y las madalenas»

Sahibzada Muhammad Imran pasea su mascota por las calles de Errenteria

Begoña del Teso

San Sebastián

Jueves, 5 de junio 2025, 08:32

Imran nació en Peshawar, ciudad legendaria de Pakistán que como cuentan las enciclopedias y las novelas de acción se convirtió, durante la Guerra de Afganistán (1978-1992) en la 'Casablanca' de Asia occidental, llena de espías, militares, trabajadores de la salud y refugiados. Imran es pintor pero hace años que trabaja en hostelería. Cheeku tiene sus orígenes en la tienda de mascotas de un centro comercial, Herri txiki. El próximo 16 de octubre cumplirá dos años. Los dos se han convertido en los habitantes y paseantes más fotografiados, y irados de Errenteria. Desde el restaurante Asador City Wok de Lintzirin hasta Fanderia. Estuvimos los tres sentados en la terraza de la Tahona cercana a la estación del Topo.

– Así que a 'Cheeku' le gustaría pasearse por La Concha.

– Pues sí. Lo sé, ya ha empezado la temporada de verano y no podría bajar a la playa. Bueno, pues por el Paseo. Hasta Ondarreta.

– 'Cheeku' ya conoce Donostia...

– Sí. Hemos ido alguna vez. Pero siempre en el coche de algún amigo. En bus no me atrevo a llevarlo.

– ¿Pues?

– Algunos conductores sí lo aceptan como mascota. Otros no tienen muy claro que lo sea. En brazos no podría llevarlo. Tengo un transportín. Algunos chóferes no lo aceptan. Otros sí. Ya sé lo que dice el reglamento, lo he leído...

– '(Animales pequeños) Se permite viajar en brazos o dentro de receptáculos idóneos'.

– Existen limitaciones, lógico, 'El tamaño del animal no debe superar la anchura del asiento ocupado por la persona portadora'. No creas, lo entiendo. Un gallo es un gallo y su forma y su tamaño son diferentes a los de un perro, un gato, un hurón. Así que prefiero ir a Donostia en el coche de algún amigo. No vaya a ser que no podamos coger el autobús de vuelta para nuestro chalet.

«Conoció una gallina, sí. Estuvieron juntos una semana. Pero sentí algo de celos y la devolví al gallinero de mi amigo. Estamos muy bien los dos solos. Aunque cuando ella se fue, él la buscaba...»

– ¡'Cheeku' y tú vivís en chalet!

– Con otros compañeros del City Wok, en una villa proporcionada por la empresa para la que trabajamos. No, claro. Hasta que no viví en un sitio donde mi gallo pudiera vivir bien, libre, cómodo, no lo cogí. Fue exactamente el 16 de octubre de 2023. En otoño del 24 celebramos su cumpleaños. En nuestro sitio de trabajo. Con los amigos. Y con una tarta. Puedes verlo en nuestro TikTok.

– ¡'Cheeku' y tú tenéis TikTok!

– Por supuesto: Janjee 555. 'Janjee' significa 'Respeto de corazón'. Ahí he subido muchos videos. Por ejemplo uno en el que se le ve subiéndose a un taburete del bar Alhambra, en Arragua, Oiartzun. A la primera se tropieza. Luego lo consigue. Lo que quiere es que le den un poco de tortilla. Le gusta mucho.

– No sabía yo que los gallos comieran tortilla.

– Como los demás, come maíz. Pero es un gallo de compañía, urbano y aunque siente pasión por la lechuga también le suelen apetecer trozos de pizza. Pedazos de madalena. Cacahuetes. Pistachos. Está bien alimentado.

– Hablando de redes. Un 'influencer' os subió a su canal y, al parecer, las distintas fuerzas del orden, seguridad y movilidad dejaron de daros el alto.

– Algo así pasó, sí. No era muy extraño que pasase. De pronto los guardias veían a un paquistaní paseando un gallo. Nos paraban. Nos pedían los papeles. A los dos. Yo los tengo. Hace 16 años que llegué a Euskadi, primero a Bilbao. Él no sé si tiene. Supongo que los de compra. Yo les explicaba a los policías que era una mascota. Que estaba 'amaestrado'. Les demostraba que hacía caso a mis silbidos, a mis chasquidos de dedos. Se quedaban asombrados, me pedían que les enseñase cómo le cogía, cómo le hacía pararse y me dejaban marchar. Un día, sí, un 'tiktoker' subió un video. Tuvo 380.000 visitas, miles de 'me gusta'. Creo que lo vieron hasta los guardias. Ahora ya no nos paran. Nos saludan.

– ¿Por qué un gallo?

– En Peshawar también tuve. Y palomas y loros. Me gustan las aves. Como animales de compañía. ¿Sabes lo que significa 'Cheeku' en mi idioma, el urdu?

– No, pero siendo lengua tan hermosa, seguro que algo bonito.

– 'Pequeño pero muy guapo'. Más o menos como 'txiki' en euskara.

– Casi, sí. ¿Cómo le enseñaste al 'chiqui cheeku' a no tener miedo a los coches, los ruidos, la gente, los perros...?

– Todo empezó en una discoteca.

– ¡¡¡!!!

– Un 31 de diciembre. En Miren, un bar con marcha. En Oiartzun.

– ¡¡¡!!!

– Mucho ruido, mucha gente, mucho de todo. Pensé que sería una buena manera. Al principio, muy nervioso. Luego ya no. Ahora entra en el Madison y está conmigo mientras juego al billar... En cuanto a la calle, palabras no entiende. Sonidos sí. Sabe cuándo pararse, por dónde no ir. Y yo, claro, he aprendido a cogerlo. Y a interpretar sus gestos. Si me ve mucho tiempo con el móvil, sin hacerle caso, me pica en el pie.

– ¡'Cheeku' está a favor de la desconexión digital! Por cierto, tú eres dibujante, pintor.

– Me vine a Europa porque me dijeron que aquí el Arte estaba bien considerado. No tuve mucha suerte en Bilbao pero ahora quiero ar con la Asociación Artística. ¿Sabes? El retrato de 'Cheeku' lo haría al pastel.

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