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Domingo, 2 de junio 2024, 02:00
Terrenos municipales de Zubieta junto al río Oria podrían albergar un centro hípico en el futuro. Una pareja vinculada al mundo equino ha presentado ... un anteproyecto en el Ayuntamiento, ya con el visto bueno de la Agencia Vasca del Agua (URA), para hacer realidad este objetivo. El Departamento de Urbanismo analiza la documentación de un proyecto para desarrollar «actividades relacionadas con los caballos, la tierra y el entorno rural» y que permitiría a los animales estar en semilibertad en una banda de 30 metros alrededor del cauce del río. Los propietarios de Lar Zaldiak solo ven factores positivos en un proyecto en el que, paradójicamente, lo único que no está claro es quién sería el promotor/financiador de la operación, que exigiría poco movimiento de tierra, escasa edificación y una inversión inferior a un millón de euros.
Los impulsores de la idea son Iñigo Huegun y Silvia Simón, propietarios de club hípico Lar Zaldiak, ubicado en el caserío Lartzandieta de su propiedad, en el barrio Urdaiaga de Usurbil. Él es guía ecuestre, herrador, domador y ganadero. Ella es técnico deportivo en hípica de nivel 2, especializada en disciplinas olímpicas, guía ecuestre y monitora de equinoterapia. Ambos comparten una pasión por los caballos que a duras penas pueden exprimir en su actual ubicación, un caserío poco accesible, limitado por la superficie y la orografía del entorno. «Nos gusta este mundo pero no podemos vivir de él en esta ubicación», explica Silvia, que por las mañanas trabaja en el sector de la limpieza para sacar adelante a su familia.
De la mano del doctor arquitecto Iñigo Peñalba han buscado una mejor ubicación para desarrollar una hípica en condiciones y han dado con un terreno que creen que es estratégicamente el mejor en San Sebastián y su entorno: son 38.085 m² de suelo de propiedad municipal entre el río y el paseo Uribitarte que une Lasarte-Oria con Zubieta, unos terrenos utilizados hoy principalmente para el cultivo y que albergan algunos invernaderos. Es una zona clasificada en el planeamiento como equipamiento comunitario que, al no haberse desarrollado la ordenación urbanística pormenorizada, es asimilable a terreno rural «por lo que podría autorizarse la implantación como usos provisionales de una explotación agropecuaria», dice la memoria del anteproyecto. Es una zona inundable junto al río Oria «que ite implantar usos agropecuarios» porque las construcciones del centro hípico planteado se retirarían 30 metros del cauce del río –zona inundable con periodos de recurrencia de 100 años– y estarían pegadas al paseo Uribitarte –zona inundable con periodo de recurrencia de 500 años–. Este planteamiento ha hecho que URA haya emitido un informe que considera el proyecto «autorizable», no solo por cumplir la normativa hidrológica sino también porque al ser un terreno muy llano no exigiría «ningún relleno para su ejecución».
El anteproyecto contempla la construcción de tres edificaciones, dos pistas descubiertas para caballos, una pista descubierta para ponis, un picadero descubierto y unas huertas al aire libre. Los edificios serían de dos plantas como máximo (planta baja y primera).
El primero es una construcción que sirve de a la hípica, en paralelo al paseo Uribitarte, con un hall de entrada, baños y comunicaciones y una planta inferior para baños y almacenamiento de materias primas. El segundo es un edificio lineal de 90 metros de longitud y pegado al edificio cabecero que alberga oficinas, cafetería y zona de estar en la planta superior y que dispone de 30 boxes de caballos en la planta inferior junto a los paddocks al aire libre. La planta superior permite una galería para acceder a diferentes estancias y desde la cual se puede ver a los caballos en los paddocks. Además prevé una casa del guarda para que quienes tengan que cuidar de los animales tengan un lugar donde cobijarse.
El proyecto plantea un vial rodado desde la vía de servicio a la depuradora de aguas del Añarbe para permitir la entrada de camiones de transporte de caballos o pienso.
La hípica se completa con dos pistas descubiertas al aire libre de 60x70 y 60x30 metros (dimensiones homologadas por la Federación Ecuestre Internacional), una pista descubierta para ponis de 10x10 metros, un picadero descubierto de 14 metros de diámetro, y una zona de huertas al aire libre que podría incluir invernadero.
El proyecto busca darle prioridad «al bienestar animal, algo que en las hípicas convencionales está muy limitado», señala la memoria del anteproyecto. Así «se genera una salida al paddock desde los propios boxes para que el caballo esté al aire libre», de tal forma que estos recintos serían «una especie de jardín privado para cada caballo». En la banda de 30 metros junto al río, donde no habrá construcciones, «los caballos estarán en semilibertad» y se maneja la opción de que los animales puedan cruzar el Oria «por un paso ya habilitado para ello a la isla, que alberga bonitos prados», unas condiciones perfectas para los caballos que «agradecen el hidromasaje del agua fría en sus extremidades, así como el descanso en semilibertad».
Este diseño permitiría organizar eventos hípicos internacionales; disponer de un poni club para el bautismo ecuestre de niños; organizar turismo ecuestre; hacer clases de equitación en todos los niveles «desarrollando con profundidad disciplinas como el salto o la doma clásica»; se podrían organizar «campamentos de verano, acercando a los menores a los caballos, al euskera y al entorno rural»; celebraciones de cumpleaños; clases de equinoterapia; e incluso generar «una huerta eskola que permita divulgar la cultura del aprovechamiento de la tierra».
El anteproyecto tiene un presupuesto estimado de 892.738 euros (IVA incluido). Los impulsores no se han planteado inicialmente realizar la inversión necesaria para hacer realidad esta hípica, «que está en un terreno municipal», aunque se muestran abiertos a estudiar todas las posibilidades. Un millón de euros puede no ser mucho dinero para un ayuntamiento, pero para esta pareja de amantes de los caballos es una cuesta demasiado empinada. No obstante, han hecho algunos cálculos y creen que el proyecto podría ser menos costoso económicamente que lo estimado en el anteproyecto. «Podría hacerse con menos dinero», señala Silvia, quien explica que el lugar y el momento es el idóneo. «Es el lugar perfecto, llano, en condiciones de accesibilidad universal, cerca de una zona urbana, los s podrían llegar en transporte público, está en las mejores condiciones para los caballos, junto al río y próximo al hipódromo. Y ahora es el momento idóneo tras haber cerrado definitivamente la Real Sociedad Hípica de Loiola, provocando un vacío importante en la actividad ecuestre de la ciudad. Por eso le hemos llamado al proyecto Donostiako Zalditegi Berria».
El gobierno municipal, sin embargo, no se plantea promover una hípica municipal, aunque está dispuesto a analizar la autorización de este proyecto si Huegun y Simón impulsan el proyecto a su costa y riesgo. El proyecto, por tanto, deberá resolver la incógnita de quién le pone el cascabel al gato para poder materializarse.
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