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Alguna vez tenía que llegar y fue de la manera más cruel posible. Beñat San José sufrió su primera derrota como entrenador del Eibar en ... un final aciago en el que su equipo, que había aguantado firme tras quedarse con uno menos por la roja directa que vio Bautista pasada la media hora de juego, se quebró en un último minuto en el que además de recibir el gol que le condenó a perder por primera vez en 11 jornadas, también sufrió la expulsión de Chema, que no paró de protestar hasta que el árbitro se hartó y le echó del campo.
SD Eibar
Magunagoitia, Cubero, Comas (Arambarri, m. 81), Arbilla, Cristian (Arrillaga, m. 78), Sergio Álvarez, Nolaskoain, Corpas, Puertas (Pascual, m. 61), Guruzeta (Javi Martínez, m. 61) y Bautista.
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Mirandés
Raúl Fernández, Rincón, Juan Gutiérrez (Postigo, m. 46), Eguiluz, Parada, Lachuer (Reina, m. 60), Tomeo (Urko Izeta, m. 60), Gorrotxa, Joel Roca (Alex Calvo, m. 83), Panichelli y Benito (Butzke, m. 75)
Gol 0-1, m.90: Panichelli.
Árbtitro Saúl Ais Reig, valenciano. Expulsó a Bautista con roja directa (m. 34) por una dura entrada a destiempo a Lachuer, y a Chema por una doble amonestación en cuestión de un minuto (m. 93) por protestar de forma reiterada. Además, amonestó a los locales Sergio, Guruzeta, Arambarri, y a los visitantes Juan Gutiérrez.
Incidencias 5.580 espectadores en Ipurua, 400 de ellos llegados desde Miranda. Ambas aficiones protagonizaron una jornada festiva en el corazón de la localidad armera
Por muy justificadas que estuvieran sus reclamaciones, un jugador con la experiencia del de Caudete no debe forzar la situación hasta el punto de forzar una segunda amarilla, y menos ante el árbitro más tarjetero de la categoría. En su caso, la veteranía no fue un grado e incrementó aún más el lógico enfado del técnico donostiarra, que vio cómo una vez más, la escuadra armera dejaba escapar en la recta final su opción de llegar a los 50 puntos.
Tras la jornada de confraternización que ambas aficiones compartieron desde primeras horas del día en el corazón de la ciudad armera, cada cual se volcó en impulsar a sus respectivos equipos hacia sus objetivos, que en el caso del Eibar consistía en brindar un triunfo a los suyos tras enlazar cinco empates consecutivos, mientras que el Mirandés suspiraba por ganar su primer partido a domicilio en el 2025 para asentarse entre los candidatos a subir a Primera.
La tensión era inevitable, especialmente para los burgaleses, aunque, después de unos primeros minutos de tanteo, el primero en desatar las hostilidades fue el conjunto azulgrana, con una incursión en el área contraria de un Bautista al que Tomeo le rebañó el balón sin que el árbitro estimara nada punible en la caída del oreretarra.
Pero, aunque los jabatos tardaron algo más en entrar en acción, cuando lo hicieron obligaron a Magunagoitia a intervenir para atajar un disparo de Víctor Parada ajustado al palo corto tras un pase desde el flanco derecho de Joel Roca que ningún defensor azulgrana fue capaz de despejar.
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El peligro continuó acechando la portería local en el córner posterior que cedió el meta zornotzarra, que respiró aliviado al ver que el testarazo de Panichelli, segundo máximo anotador de la categoría con 19 goles, se marchaba ligeramente desviado.
Poco a poco, el Mirandés iba llevando el partido por los derroteros que le convenía hasta que, Bautista que firmó otra ocasión con un remate que no llegó a empalar como es debido, cometió una dura entrada sobre Lachuer al llegar muy tarde a la pugna por el balón.
Porque, aunque en un principio el árbitro le mostró una cartulina amarilla por juego peligroso, avisado por la sala VAR, finalmente la cambió por una roja directa al comprobar que el delantero había clavado sus tacos por encima del tobillo del francés, con el consecuente riesgo de lesión.
Se repetía así la historia vivida en el partido de la primera vuelta en Anduva, donde el Eibar también se quedó con un jugador menos, aunque en este caso fue en una recta final en la que, curiosamente, el cuadro dirigido entonces por Etxeberria se manejó mejor que su rival.
De hecho, el que más cerca estuvo de marcar en los minutos posteriores fue Guruzeta, que estrelló su remate en el exterior de la red en añadido de la primera parte, en tanto que Antonio Puertas no logró concretar en el arranque de la segunda mitad.
Más decisivo aún resultó Jonmi Magunagoitia, que mostrando una madurez envidiable a sus 24 años, frustró sendas tentativas de Iker Benito y Panichelli. El Eibar parecía tener bajo control a un rival preso de los nervios, pero tras los cinco cambios que realizó San José llegó el descalabro en un final aciago. El detonante en esta ocasión fue una pérdida de balón de Arambarri, que en su intento de arreglar el desaguisado provocó la falta que propició que Panichelli, hasta entonces anulado por Arnau Comas, remachara en el segundo palo un balón peinado por Postigo.
Pero el infortunio no acabó ahí. Con la decepción a cuestas por un tanto que echaba por la borda todo su trabajo, el Eibar buscó el empate a la desesperada en un córner que Magunagoitia estuvo a punto de rematar en el primer palo, y después de que el colegiado no le concediera un claro saque de esquina y sí otro a favor del Mirandés, un desquiciado Chema acabó dando la nota.
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