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Juan Roig Valor
Jueves, 29 de mayo 2025, 13:00
Ayer, la Dirección General de Tráfico publicaba en sus test una señalización poco frecuente de ver en las carreteras. El triángulo rojo con doble lateral se sitúa en la parte trasera de un vehículo y es obligatorio llevarla para los vehículos que cumplan esta característica.
Conocida oficialmente como V5, el triángulo reflectante significa que el vehículo que lo porta es incapaz de superar los 40 km/h. En general, no es muy frecuente verlas en las carreteras, pero si se trata de maquinaria agrícola o de construcción, es probable que lo lleven.
Esto sirve a los conductores para anticiparse a la velocidad de los otros s de la carretera y ajustar su conducción y evitar los accidentes. La señal V5 no es la única que ha comenzado a aparecer en las carreteras españolas, en los últimos cinco años han llegado varias marcas viales nuevas en las carreteras. Dado que para la mayoría de conductores han pasado más de 10 años desde que hicieron el examen teórico para el carné, es normal que no sepan su cometido.
En la cuenta de Twitter del Ministerio de Transportes afirman que «el objetivo es comprobar la eficacia de las marcas y el grado de percepción y comprensión por parte de los conductores». Es por ello que su aplicación se limita a algunas zonas concretas, y tampoco son especialmente anunciadas.
Un ejemplo de ello es el de las zonas escolares, cuyas líneas onduladas blancas y amarillas señalan precisamente eso, y establecen una limitación de la velocidad a 20 km/h, así como la necesidad de extremar la precaución, pues un niño pequeño puede cruzarse en la vía en cualquier momento.
Muchas de las señales nuevas que aparecen en las ciudades son competencia de su Consistorio –es el caso de las calles escolares de Madrid–, pero otras son avances del Ministerio de Transportes para luchar en contra de la siniestralidad vial, que va en aumento en lo que va de año.
Un ejemplo de ello son los 'dientes de dragón', presentes en algunas vías de Zaragoza y Burgos, así como en carreteras interurbanas de Guadalajara (N-320), Segovia (N-110) y Valencia (N-330). Se trata de triángulos paralelos en los bordes del carril, cuya misión es señalar que se está entrando en un núcleo urbano.
Los triángulos se estrechan a medida que se aproxima la población, lo que genera la ilusión óptica de una carretera más angosta y los conductores frenan para controlar mejor el vehículo.
Estos intentos de limitar psicológicamente la velocidad se aplican también en dos señalizaciones viales que se pueden apreciar alrededor de España. Una de ellas es la línea roja que divide dos carriles en sentidos opuestos. Esta está en lugar de lo que serían dos líneas continuas separándolos y viene a remarcar la alta siniestralidad de ese tramo.
Ya se pueden encontrar, por ejemplo, en zonas cercanas a Benidorm y Málaga, delimitando lugares donde está prohibido adelantar y con gran afluencia de turistas en temporada alta, donde el consumo de alcohol y vías desconocidas puedan aumentar el riesgo de accidente.
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