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Los partidos vascos volvieron ayer a visualizar sus diferencias en una nueva edición del Día de la Memoria. Trece años después de que ETA pusiera ... fin a su macabra trayectoria, con 853 asesinatos a sus espaldas, los políticos siguen sin compartir un relato universal que se cimente en un indispensable suelo ético que condene con cristalina nitidez el uso de la violencia para el logro de cualquier objetivo político. Para defender una memoria inclusiva y universal es imprescindible que, en primer lugar, todos los partidos asuman que matar y extorsionar estuvo mal y, además, fue injusto, de la misma manera que lo fueron también los abusos policiales y el terrorismo de los GAL. El suelo ético debería ser el primer nexo de unión de una memoria compartida, pero tristemente no lo es, porque parece que con el paso del tiempo esta exigencia ética se diluye. Las instituciones deben seguir deslegitimando sin descanso cualquier atisbo de connivencia con la violencia terrorista, como ya incurrió la antigua izquierda abertzale en el pasado. Que haya en la actualidad una formación política que esquive con alambicados giros lingüísticos la utilización del término condena o que se llegue a definir a ETA como un ciclo político es una prueba de que algo falla en la exigencia de un mínimo suelo ético.

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diariovasco Memoria y suelo ético