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Seamos sinceros, no es la mejor manera de afrontar la vuelta ante el Manchester United. La única buena noticia es que allí tampoco están para ... echar cohetes y estoy convencido de que el equipo está capacitado para cargarse a los 'red devils'. La Real cayó derrotada ante el Sevilla en un partido en el que le faltó acierto cuando sí que tuvo momentos de lucidez, pero en cuanto recibió el golpetazo de Ejuke nada más comenzar la segunda mitad, se cerró en banda y ya no molestó más a un Nyland que fue un espectador en la segunda mitad. LaLiga está siendo una auténtica montaña rusa con bastantes más desilusiones que alegrías y lo peor de todo es que hay demasiados invitados para la fiesta europea por mucho que el octavo también apunte a tener pasaporte continental. El Sevilla es una mala pareja de baile y venció con justicia en Anoeta. Remachó en el momento idóneo para que la Real se diluyera como un azucarillo.
Era el partido número 17 consecutivo jugando cada tres o cuatro días e Imanol rotó hasta en portería. El oriotarra, poco asiduo a realizar cambios en las primeras temporadas, ha llegado a la conclusión de que necesita a la mayor parte de sus pupilos enchufados, aunque no todos sean capaces de marcar las diferencias por la diferencia técnica entre unos y otros. Curioso el dato del once inicial. Entre todos los jugadores tan solo habían conseguido 24 goles con la camiseta de la Real; Marrero, Aramburu, Aguerd y López no se han estrenado. El resto, Zubeldia (4), Turrientes (1), Marín (1), Olasagasti (2), Becker (6), Gómez (3) y Óskarsson (7). Y pese a todo, mereció marcharse por delante al descanso.
Real Sociedad
Marrero, Aramburu (Traoré, minuto 60), Aguerd, Zubeldia, Javi López, Turrientes (Zubimendi, minuto 60), Olasagasti (Barrenetxea, minuto 60), Pablo Marín, Sergio Gómez (Kubo, minuto 77), Becker (Oyarzabal, minuto 60) y Oskarsson.
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Sevilla
Nyland, Carmona, Badé, Kike Salas, Pedrosa, Agoumé, Sow, Saúl (Peque, minuto 83), Lukebakio (Ibumbo, minuto 92), Ejuke (Lokonga, minuto 70) e Isaac Romero (Juanlu, minuto 70).
Gol: 0-1 min 46: Ejuke supera a Marrero con un remate con el interior ajustado al palo largo tras una buena jugada individual de Lukebakio. El pase de primeras fue de Saúl.
El árbitro: García Verdura, del comité catalán, asistido en las bandas por Eliana Fernández y Villaseñor Julián. Del Cerro Grande fue el árbitro VAR. Amonestó a Marín y Traoré en la Real y a Lokonga en el Sevilla.
Incidencias: 25.478 espectadores en Anoeta. Emotivo minuto de silencio en memoria de Iñaki Lasa, uno de los héroes de Puertollano fallecido el pasado viernes. Goian bego.
El equipo salió a presionar alto porque todavía tiene piernas para ello, mientras que el Sevilla esperó su momento para correr con Ejuke. Contra equipos potentes de LaLiga que juegan tan solo un partido por semana, la empresa se complica sobremanera. Los andaluces, mientras no sufriesen, estaban contentos, pero lo cierto es que la Real generó lo suficiente como para que llegara el gol antes de pasar por la caseta. Curiosamente, el peligro vino a balón parado y gracias a la exquisita zurda de Sergio Gómez. Los dos centrales metieron el miedo en el cuerpo a Nyland. Primero Zubeldia se tiró en plancha para rematar un centro del catalán ante la pasividad de Saúl, de miranda. El testarazo rozó el palo. Acto seguido fue Aguerd quien se encontró con otro envío con mimo de Gómez, esta vez con una lejana falta lateral, pero el marroquí disparó al muñeco con la zurda. Mikel Labaka, encargado de las acciones a balón parado, en el banquillo no sabía si jurar en arameo o acariciar un gatito al ver las acciones repetidas en el monitor.
El Sevilla se desperezó e hizo daño corriendo, casi siempre encontrando la espalda de Aramburu, fuera de sitio y con claros síntomas de cansancio. El búfalo ha bajado sus prestaciones, aunque su asombrosa irrupción y regularidad tampoco tuviese sentido. Turrientes estuvo providencial para despejar un gran centro de Pedrosa. Pero la Real estaba bien y Sergio mereció acumular tres asistencias en 25 minutos. El ex del City colocó un centro adelantado en ventaja a Becker, maestro en el golpeo de primeras, aunque ésta vez lo mejor quizás hubiese sido controlar la bola porque tenía el tiempo y el espacio. Nyland echaba humo porque un robo alto de Óskarsson también fue peligroso, pero su remate desde la frontal se marchó desviado.
Los de García Pimienta rozaron el premio en las botas primero de Pedrosa y luego de Romero. El lateral fusiló a Marrero, al que el cuero le hizo un extraño. Metió la zurda para negarle el tanto e Isaac no remachó en el rechace. Sin un juego demasiado vistoso aunque sí mejor que ante el United, el partido no pintaba mal del todo. Pero esto no entiende de merecimientos. El técnico apostó por jugar con extremos a pierna natural para nutrir de balones a Óskarsson, que se pegó con Salas y Badé sin poder encontrar hueco para adelantarse a sus férreos marcadores.
Como ha sucedido otras veces esta temporada, la Real recibió un tremendo golpetazo nada más comenzar la segunda mitad y no supo ni pudo reaccionar al buen gol de Ejuke nada más empezar la segunda mitad. A algunos les pilló en el baño. Aguerd, que al igual que Aramburu tampoco es el mismo en los tres meses que llevamos de 2025, se durmió, perdió el duelo en medio campo y permitió correr a un Lukebakio que es una máquina de dejar atrás rivales. Encontró a Saúl, que siempre tuvo clase. El ex del Atlético, de primeras, se apoyó en Ejuke, que ejecutó sin pensárselo dos veces. El nigeriano no fue encimado por Aramburu y superó con un gran golpeo a Marrero.
Reaccionó Imanol a la hora de partido sacando a toda la artillería que tenía reservada, y lo cierto es que seguro que tenía pensado meter a los Zubimendi, Barrenetxea, Oyarzabal y compañía con el marcador en ventaja, pero sucedió todo lo contrario. La Real no acertó y el Sevilla, sí. Así de simple y duro es el análisis y pro eso da más rabio. Pero, si se podía esperar un equipo mejor con sus jugadores más habituales, sucedió todo lo contrario. La Real cuajó una muy mala segunda mitad y nunca estuvo cerca de superar a Nyland. De hecho, no hubo que utilizar más el bolígrafo azul para apuntar ocasiones que iban de txuri-urdin. Sí que se le dio uso al negro, porque el Sevilla, con ventaja en el marcador, istró a la perfección el botín y supo defenderse. No necesitó más que bascular de un lado a otro gracias a que no acumula tantos minutos en las piernas.
Tras colocarse Oyarzabal por fuera, Imanol ordenó al capitán meterse por dentro en una especia de mediapunta, pero los de García Pimienta echaron el cerrojo por dentro obligando a la Real a jugar por fuera. A estas alturas de la temporada está costando ver el desequilibrio por fuera. La Real movió en la segunda mitad el balón lento, sin ideas de derecha a izquierda y viceversa como si fuese el parabrisas de un coche al que además hay que cambiarle el aceite porque acumula muchísimos kilómetros. Pimienta pedía pasivo, como en balonmano. El Betis, sexto, se marcha a siete puntos. El séptimo está a tres. Está por ver si el octavo tiene premio.
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