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Señores europeos, con ustedes la Real

Para aquellos ciudadanos comunitarios que aún no sabían del juego txuri-urdin

Juanma Velasco

San Sebastián

Viernes, 15 de septiembre 2017

Para usted, ciudadano noruego que ayer miraba boquiabierto el televisor tratando de atisbar alguna jugada del Rosenborg; para usted, londinense fanático del fútbol que tiene contratados ciento y un canales para ver la Champions y la Europa League y había escuchado hablar de un equipo de Donostia; para usted, asesor deportivo del Vardar macedonio o del Zenit de San Petersburgo que no quiso perderse detalle del juego del conjunto de Eusebio Sacristán... Si no lo sabían, ahora ya lo saben. Señoras y señores, con ustedes la Real Sociedad.

El equipo txuri-urdin regresó ayer a Europa por la puerta grande y haciendo gala de un juego que, por momentos, rozó la excelencia. Enfrente, un Rosenborg, dirigido desde el banquillo por su entrenador, Kare Ingebrigtsen, que la víspera, en la rueda de prensa en Anoeta, dijo que «quizás la Real había tenido suerte al ganar los tres partidos de liga». Pues bien, ya tiene la respuesta a la duda en forma de repaso y de carro de goles que sus pupilos se llevaron. Algunos todavía hoy se están colocando la cintura -a más de uno se la quebraron los realistas- o preguntándose cómo había logrado ese pase imposible un tal Xabi Prieto, que porta el brazalete de capitán y que lleva más de medio millar de partidos con su equipo de toda la vida.

Toda la Real, t-o-d-a, jugó como los ángeles ante un equipo noruego, campeón de la Liga de su país, que no dio la talla en ningún momento por mérito de un equipo de Eusebio que, no solo jugó bien con el balón, sino que apretaba y robaba velozmente cuando lo perdía. De 10.

Fue un festival al que se sumaron todos los realistas. Desde la defensa -¡Ojo que la Real jugó sin tres de sus teóricos titulares!- hasta la punta de ataque. Todos contribuyeron al tiki-taka donostiarra que volvió loco al Rosenborg. En algunas fases del partido, el rondo al que sometió el equipo donostiarra al noruego hubiera dado para haber hecho la ola en el estadio durante eternos minutos La afición, los que estaban en el estadio y los que lo vieron por la tele, disfrutó de lo lindo de otro recital de su equipo.

Fue un primer tiempo de ensueño que, como en el caso del choque contra el Villarreal, permitió al conjunto txuri-urdin levantar el pie del acelerador tras el descanso y guardar reservas para el próximo encuentro. Que está a la vuelta de la esquina.

Llega el Real Madrid a Anoeta. Y la Real lo recibe como colíder del campeonato. Si le gana, se iría a los 12 puntos. Pero eso será en otro capítulo... Señores, pasen y vean a la Real.

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