
Juantxo Villarreal | Exentrenador del Bidasoa
«El otro día fui al partido a Artaleku a darle un abrazo, pero él ya no estaba»Secciones
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Juantxo Villarreal | Exentrenador del Bidasoa
«El otro día fui al partido a Artaleku a darle un abrazo, pero él ya no estaba»Juantxo Villarreal fue el entrenador del gran Bidasoa campeón. La pareja que formó durante todos esos años con Beñardo García fue indisoluble. No se puede ... entender lo que significó aquel equipo sin dos figuras extraordinarias, irrepetibles cada una en su posición. Ambos forman parte de la mitología del deporte vasco.
– ¿Cómo definiría a Beñardo García?
– Todo se resume en el respeto y en la iración como gestor deportivo y en la casuística de haber vivido junto a él nuestros mejores años. Lo tenía todo: una capacidad para gestionar muy grande con una voluntad férrea para hacerlo y una impronta personal. Forjamos una amistad fantástica y puedo decir que fue uno de mis mejores amigos.
– Al frente del Bidasoa destacó por su capacidad de gestión...
– Era un hombre que sabía cómo hacer las cosas y tenía una gran voluntad de hacerlas. Aunaba aptitud con actitud. Hizo frente a los innumerables problemas que surgieron y siempre tuvo la capacidad de afrontarlos y solucionarlos.
– Beñardo García-Juantxo Villarreal. Más que una pareja, muchas veces parecían uno solo, imposible entender el Bidasoa sin uno o sin el otro...
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– Llegó a ser algo así. Hoy mismo me acordaba de una anécdota que me contó Beñardo una vez. Me dijo que estaba un día paseando por Benidorm y se cruzó con un señor que le dijo 'adiós, Juantxo'. Tengo que reconocer que a mí también me han llamado Beñardo alguna vez. Era bastante típico.
– ¿Cómo fueron los inicios de su relación en el Bidasoa?
– Fue una cosa muy singular. Yo cojo el equipo y lo desciendo el primer año. Ellos creen en mí y me renuevan. Al año siguiente subimos y nos pasamos varias temporadas rondando la promoción de la permanencia. Vamos creciendo como grupo hasta que conseguimos asentarnos en mitad de la tabla y, posteriormente, terminamos por conseguir lo que conseguimos. Fue un proceso muy redondo, construido desde cero.
– ¿Qué porcentaje del éxito del equipo le correspondía a él?
– Fue la piedra angular. Sin un gran presidente no hay nada. Él también hizo su recorrido en los despachos. Tenía la capacidad de gestión y la experiencia le permitió poner orden a sus conocimientos. Tenía una doble personalidad, por una parte era un presidente presidencialista y a la vez sabía hacer equipo.
– ¿Esperaban conseguir aquellos éxitos?
– Era impensable. Nadie se podía imaginar que ganaríamos aquella primera liga. Siempre recuerdo esa foto extraordinaria en la que se ve a Iñaki de Mujika dando a conocer a Artaleku el resultado del partido del Barcelona y que el Bidasoa era campeón. En ese momento, yo tenía la cabeza metida entre los brazos, con una inmensa felicidad pero sintiendo más hacia dentro que hacia fuera. Beñardo era igual.
Bidasoa «Nuestro inicio fue muy singular: cojo el equipoy lo desciendo el primer año; ellos creen en míy me renuevan»
Personalidad «Éramos bastante parecidos; a la victoriale dábamos 24 horas,pero la derrota no nos la quitábamos de encima»
– ¿Cómo era en la victoria?
– Tengo un recuerdo muy íntimo de cómo íbamos consiguiendo cosas. Yo, más que salir, me he metido muy dentro. Recuerdo que tras ganar la Copa de Europa en Croacia, al bajar del autobús al llegar al hotel en medio de una algarabía tremenda nos fundimos los dos en un abrazo. Yo aún llevaba la mochila al hombro. Recuerdo a la perfección las palabras que me dijo: algo tan simple como 'lo hemos conseguido, quién lo iba a decir'.
– ¿Y en la derrota?
– ¡No será porque no tuvimos enganchadas! Mantuvimos discusiones muy fuertes en momentos en que yo no daba respuesta a lo que él pensaba que debía darse. Fueron situaciones muy tensas, duras, que solo se salvaron por la gran amistad que teníamos. Él sabía manejar muy bien todas las situaciones de cara al exterior, tanto con las empresas, con la prensa o con las instituciones.
– ¿Esa capacidad para entablar buenas relaciones fue importante en su presidencia?
– Tenía empatía y sabía cómo llegar a la gente. Yo no solía acudir a esas cenas, pero recuerdo que una vez fui a una con motivo de la visita de un equipo ruso. Beñardo, sin saber el idioma, conectaba. Tenía esa capacidad.
– Hacía mucho que había abandonado la presidencia, pero segúia siendo una presencia constante en el Bidasoa, no había quedado relegado al pasado...
– Desde luego que no. Una persona que le ha dado tanto a una ciudad como Irun va a quedar para siempre.
– Continuaba acudiendo a Artaleku si la salud no se lo impedía.
– Vivo fuera, pero en el último partido, contra el Cuenca, acudí a Artaleku pensando que estaría allí para darle un abrazo, pero él ya no estaba.
– En el momento del recuerdo, ¿se queda con alguna imagen en concreto?
– Hemos vivido muy intensamente, hemos disfrutado y sufrido mucho. Éramos bastante parecidos. A la victoria le dábamos 24 horas, pero la derrota, hasta que no nos la quitábamos de encima con una nueva victoria, nos hacía sufrir mucho.
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