Luto en el deporte guipuzcoano

Irun y el balonmano dan el último adiós a Beñardo

En la parroquia se pudo ver a personas ligadas al balonmano años atrás, como Antxon Beldarrain, Salva Pombar, Santi Burguete o Luis Pablo Hernández, de la época en la que Elgorriaga Bidasoa ganó su primera liga, en 1987, así como Mario Hernández o Ivan Sopalovic. También, cómo no, el entrenador de entonces Juantxo Villarreal, así como su predecesor en el cargo, Carlos Iglesias. Por aquel entonces escribía de balonmano Leontxo García, también presente en el sepelio, al igual que José Antonio Errazquin, compañero de fatigas de Beñardo en la directiva durante muchos años.

El propio Villarreal, al estar al frente del equipo desde 1975 hasta 1997, servía de nexo de unión con balonmanistas más cercanos en el tiempo, como Aitor Etxaburu o Javi Barreto. Y, de los actuales, la mayoría de la plantilla está fuera pero sí acudieron el capitán Gorka Nieto, Iñaki Cavero y Rodrigo Salinas. Otros que han vivido varias épocas en el club y en distintos roles son los hermanos Aginagalde, el presidente Gurutz y el director deportivo Julen. Igualmente se personaron los ex-presidentes Manolo López, Emilio López y José Angel Sodupe.

El mundo del fútbol estuvo representado por Igor Emery y Juan Mancisidor, presidente y vicepresidente del Real Unión, el exfutbolista de la Real Sociedad Alberto 'Bixio' Górriz y dos dirigentes de largo recorrido como Iñaki Otegi y Juan Luis Larrea. También acudieron Joxemi Elduaien y Nieves Alza, presidente de Hondarribia Arraun Elkartea y expresidenta de Txingud Saskibaloia. Desde el Ayuntamiento llegaron la alcaldesa, Cristina Laborda; el teniente de alcalde, Miguel Ángel Páez, y los concejales Borja Olazabal y Xabier Iridoy, entre otros.

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El momento más emocionante de la misa fue cuando los hijos de Beñardo subieron al altar y se dirigieron a los presentes. Zigor aseguró que «con su humor, mi padre podría haber sacado una sonrisa incluso en este momento», mientras que Sonia se mostró «muy agradecida por las muestras de cariño recibidas, estamos muy emocionados». Para acabar, quiso «decir aquí algo que he escuchado tantas veces y que a él le gustaría que lo hiciera: Aupa Bidasoa! Gora Irun! y Gora San Marcial!». Los asistentes respondieron y aplaudieron el gesto.